miércoles, 24 de noviembre de 2010

REPRESENTANTES FASCISTAS EN LOS TRIBUNALES DE INMIGRACIÓN SUECOS

Por: Marcelo Rubio

El 22 de septiembre del año 2010, días después que el partido Demócratas de Suecia (en sueco: Sverigedemokraterna, SD) entrara al parlamento sueco, se dio a conocer por los medios de comunicación (TV4, SVT, DN entre otros) una noticia que afecta en especial a esas personas que están esperando una respuesta del Tribunal de Migraciones (Migrationsdomstol) para saber si podrán asilarse en Suecia o tendrán que partir con lo puesto a su país de origen.

¿Es el sistema judicial sueco un sistema que ‘hace justicia’?

Luego de que SD entrara al parlamento sueco, una noticia preocupante recorre los medios de comunicación: ¿puede el Tribunal de Migraciones en la tierra de Abba y de Palme llegar a cortar el queso de forma injusta? La respuesta parece ser afirmativa. El dolor de tripas del KabezaNegra radica precisamente en que la estructura del sistema judicial sueco permite la influencia de ideologías políticas al interior de los mismos tribunales, de manera tal que cualquier SD puede decidir sobre la vida y el futuro de alguien. Quienes acuden a los Tribunales de Migración, apelan a esta última instancia jurídica en caso de haber recibido una decisión de expulsión de parte de la Dirección Nacional de Migraciones (Migrationsverket). Muchos de aquellos que apelan se encuentran con una necesidad real de auxilio. Ser devuelto a la ‘Patria’ puede significar ser condenado –si bien no en Suecia pero sí fuera de sus límites territoriales- a la muerte.

En Suecia existen tres Tribunales de Migraciones, uno en Estocolmo, y los otros dos en Gotemburgo y Malmö. El número de mandatos que cada partido político puede tener en dichos tribunales está determinado por la cantidad de votos populares recibidos durante las votaciones. En la provincia de Skåne, donde SD obtuvo una gran cantidad de votos, serán 20 los jurados pertenecientes a este partido quienes podrán decidir sobre los procesos de asilo. Si bien todos los jurados del país deben atenerse a las leyes, cabe la posibilidad de que estos se apoyen en sus agendas políticas para decidir, por ejemplo, sobre el número de personas que obtendrán asilo y las causas por las que sus peticiones serán aprovadas o rechazadas.

Miembros antidemocráticos del jurado

Designar a los miembros del jurado dependiendo del número de votos obtenidos por los partidos políticos es algo que ha sido cuestionado antes, y la crítica se ha vuelto aún más intensiva tras la influencia que disfrutó el partido fascista Ny Demokrati durante los años 90 y la entrada de los SD al parlamento en las elecciones de septiembre de 2010. Se trata, en consecuencia, de una situación inquietante, ya que la razón por la cual se designa una cantidad de jurados para estos tribunales es para asegurar la igualdad de derechos para con la persona afectada.

¡Que nos traten de porfiados, si quieren! Intuimos (y tenemos un sexto sentido de primera) que un SD será más duro, puesto que, como plantean los discursos del mismo J. Åkesson: “el aumento de la inmigración al país representa una amenaza grave a la identidad sueca y a la unidad nacional. Además, el creciente número de inmigrantes ha traído consigo problemas sociales tales como la exclusión, la oposición entre grupos y la criminalidad, así como grandes costos económicos, etc, etc”. Un jurado que se supone ha de ser objetivo e imparcial ¿podrá realmente hacer caso omiso de las directrices racistas de su partido a la hora de decidir sobre la petición de asilo de un kabezanegra? Lo dudamos.

En definitiva

“El juicio justo” se ve comprometido si los miembros del jurado son representantes de los SD. El problema es que la credibilidad sobre los tribunales de inmigración se ve afectada mientras existan estas personas. La pregunta es si este sistema de designación debería existir para no jugar con el destino de las personas.