miércoles, 29 de agosto de 2012



La Palabra en Estocolmo


Por: Oscar García
Foto: Marco Orihuela

El pasado 10 de mayo se llevó a cabo el festival de poesía “Palabra en el mundo” en los locales de la Biblioteca Internacional de la ciudad de Estocolmo, un acto que formó parte de un festival internacional que se caracteriza por ser realizado en muchos países por las mismas fechas. Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del poeta Sergio Infante, conocido profesor de la Universidad de Estocolmo, y Svante Henckel, encargado de la sección de español de la biblioteca anfitriona. Entramos al mundo de la poesía de la mano del trovador Omar Ohrens, quien interpretó varios temas cuya calidad lírica es indiscutible. Es en momentos como ese que es imposible dejar de recordar que la palabra “lírica” proviene directamente de “lira”, la abuela de nuestra guitarra. 

A continuación tuvimos la oportunidad de escuchar a la joven poeta y estudiante Sofia Oliviusson. Su petición de “un día más de vida”, que constituye la base de uno de sus poemas, quedó definitivamente flotando en el ambiente. Y quien ha estado cerca de la oscuridad sabe que es preferible un día plagado de cucarachas que ninguno. Luego se escucharon la guitarra y la potente voz de Robinson Yáñez, que de varias formas apeló al humanismo como respuesta a la mezquindad del mundo moderno. El poeta Galvarino Santibáñez nos deleitó con una selección de poemas y aforismos, en los que la cuota de humor no es un aderezo sino sustancia básica de la composición. Por su parte, Beatrice Hernández nos transportó a Medellín. Los versos que leyó, y una buena cantidad de pinturas suyas que quedaron en Colombia, nacieron de la experiencia de haber visto la sangre de unos niños que habían sido masacrados en las puertas de la escuela de arte donde ella estudiaba. Adrián Santini también se enfrentó al recuerdo, armado de la voz y la metáfora. Matar simbólicamente para poder vivir; he ahí el tema del extenso poema con el que hipnotizó al auditorio. 

Luego fue el turno del trovador José Miguel. “El más joven de los participantes”, dijo el presentador. “Pero tiene barba”, comentó una voz. Una de sus composiciones trató efectivamente el tema del tiempo y las generaciones. Da gusto pensar que muchos jóvenes como él no vivieron directamente la represión que fue el pan de cada día no hace mucho tiempo en Latinoamérica, pero gracias a la memoria colectiva y el arte llevan esa experiencia a flor de piel. El dolor está ahí, en el corazón, junto al optimismo y el compromiso por construir un mundo mejor. En compañía de Ana Cuadra entramos asimismo a parajes muy emotivos, y notablemente subjetivos, del fabuloso mundo de la poesía. La escena quedó acto seguido a disposición de Jaime Barrios, quien explicó que para la ocasión había sacado de la gaveta unos poemas que trataban del conflicto en la ex Yugoslavia. Los temas son verdaderamente infinitos, como también lo es la expresión. Con Sergio Infante entramos a otro terreno, muy actual, mas poco explorado, que es la poesía que pone la mirada en la ecología. Pero si el poeta vislumbra el fin del planeta no es para que vertamos lágrimas o nos conformemos, sino para que actuemos. 

De ahí se pasó al pensamiento y la poesía de Héctor J. Álvarez, que de igual forma nos hizo reflexionar sobre la existencia, abordada en parte con un dejo irónico. El encargado de cerrar la sesión fue finalmente Tito Valenzuela, quien leyó una serie de poemas de diferentes épocas que, entre otras características, comparten la agudeza y la intemporalidad. Sin duda, fue una velada de alto contenido emotivo, intelectual y artístico, que alimentó a todos los presentes. 

No se puede dejar de mencionar que uno de los organizadores del evento fue la organización de los estudiantes del Departamento de Español, Portugués y Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo, lo que demuestra el interés de estos jóvenes por la poesía y la cultura en general. Asimismo, hay que señalar la importancia del evento, pues son actos como este los que aseguran el futuro de la literatura en lengua española en Suecia. Esperemos que la poesía y todas las expresiones artísticas de la comunidad hispanoablante sigan llegando al público y ocupen así el espacio que les corresponde en la vida cultural del país.