domingo, 10 de abril de 2011


Inspiración: luchas y utopías

Foto:Adisa Handzic

En Latinoamérica hay mucha gente con utopías, que por lo mismo es luchadora, analítica y creativa, algo que enorgullece y da inspiración para seguir en la lucha por un mañana mejor. Esa utopía en los días lluviosos parece estar muy lejos, en los soleados un poco más cerca. Creemos sin embargo que pese a los altos y bajos, una sociedad libre, justa y solidaria es posible.

La utopía ha estado y estará siempre conformada por mujeres y hombres cuyo trabajo dirario es construir país, organizarse y crear arte en base a toda una diversa gama de ideas progresistas. Algunas de estas personas se han vuelto famosas, otras han logrado mover montañas en la anonimidad (a veces en la clandestinidad). Muchas de estas personas no han ocupado ningún palco, ni aparecen representadas en ningún pedestal. Son las dueñas de casa que se organizan en su población para hacer ollas comunes o crear arpilleras, son los hombres y mujeres que forman parte de sindicatos, y son los estudiantes que, como cantara Violeta Parra, crearán ciencia y romperán con viejas jerarquías y creencias.

“Me gustan los estudiantes / que son muy clara elocuencia / a la bolsa negra sacra / le bajó las indulgencias. / Porque: ¿Hasta cuando nos dura / señores, la penitencia? / ¡Caramba y zamba la cosa, / que viva toda la ciencia!” / Parra (1960- 1963)

Son los hombres que ya no están pero siempre vivirán, como dijo Alí Primera: “Los que mueren por la vida / no pueden llamarse muertos.”

Es imposible no recordar y no dejarse inspirar por los grandes luchadores del continente, como Pancho Villa, Emiliano Zapata, Simón Bolivar, Farabundo Martí, Túpac Amaru, Zumbi dos Palmares, Cécar Lora, Camilo Torres, Che Guevara, Mélida Anaya Montes “Ana Maria”, Gladys Marín, Augusto Cécar Sandino, Haydée Santamaría, Juana Azurduy, entre muchos y entre muchas.

Son los que hoy al igual que ayer luchan, en los movimientos de derechos humanos, los movimientos indígenas, los okupas, los campesinos sin tierra, los escolares, los feministas, los ambientalistas y muchos otros. Hacen de la lucha algo que llevan e incorporan en la vida cotidiana.

El continente hoy ha logrado avances progresistas en las calles como “Los furiosos ciclistas” en Santiago de Chile, y a nivel institucional en, por ejemplo, la instalación del Banco de la Mujer en Venezuela y la Ciudad Mujer en El Salvador. El primero otorga microcréditos sin garantías prendarias y asistencia técnica, y el segundo brinda atención especializada para mujeres, tales como: salud sexual y reproductiva, capacitación en autonomía económica, prevención y atención de violencia intrafamiliar y educación colectiva. Están los procesos democráticos que llevaron a luchadores sociales hasta la presidencia como (a entre otros) Evo Morales, en Bolivia; a Chavez en Venezuela, y ahora último a Dilma Rouseff, en Brasil.

Inspiración se puede encontrar en lo grande y en lo chico. Están los que relatan y componen canciones de estos procesos sociales, tales como Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Victor Montoya, Julio Cortázar, Eduardo Galeano, Gioconda Belli, Roque Dalton, José Martí, entre muchos otros, al igual que grandes artistas como Frida Kahlo, Diego Rivera, Guayasamín y Violeta Parra. Están también los que formaron música de protesta latinoamericana con denuncia y utopía. Cómo no recordar a Victor Jara, Antahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Judith Reyes, Mercedes Sosa, Pablo Milanés, Silvio Rodriguez, Viglietti, Piero, Carlos Mejía Godoy, entre tantos otros, y que nunca terminarán de ser escuchados ni ser fuente de inspiración para nuevas generaciones.

Para finalizar este pequeño recorrido de patrimonio de luchas y utopías latinoamericanas, hay que también recordar la hermandad y solidaridad entre pueblos que sigue rompiendo fronteras. Por eso cabe citar al sueco-americano Joe Hill, conocido por muchos como el padre de la canción de protesta y que al conocer su condena de muerte le escribe a un compañero:

“Adiós, Bill. Muero como un leal rebelde. No pierdan su tiempo con lutos. Organícense”.

Inta Achira