martes, 30 de octubre de 2012


El Sahne Nuss y el movimiento
Social Chileno.

Por:Marcelo Muñoz

No hay chocolate que me saque más pica que el famoso Sanhe Nuss. Creo que es una especie de símbolo de algunas contradicciones chilenas. De cabro chico miraba a la ardilla del chocolate comiendo almendras que yo creía eran avellanas, después miraba a la otra alternativa, el chocolate trencito con unos cabros chicos en un tren tirado por una locomotora. Los mayores me querían hacer creer que el Sanhe Nuss era el ”uber alles” de los chocolates. Yo igual encontraba más rico el trencito y más divertido el dibujo de la locomotora; la ardilla grupienta no me conquistaba, a pesar de que ambos eran productos en ese tiempo de la hermosa fábrica porteña Hucke y no de la famosa y fea transnacional Suiza. De partida la ardilla era más cara, pero no lo suficiente como para andar dándoselas de chocolate para élites (me gustaba mucho más el camotillo); la famosa ardilla, además, carecía de parientes de carne y hueso en la naturaleza porteña de mi infancia, en la que había pericotes, gatos, perros, lobos marinos, gaviotas, palomas, conejos;  se podían  divisar, y si alguna corriente marina andaba media loca, hasta pájaros-niño llegaban. De la ardilla ni la cola, era como un monumento a lo no existente, al idioma que nadie pronunciaba bien, a una nostalgia alemana que los chilenos hacían suya, a una necesidad clasista de consumir un chocolate más cuico y sobre todo apuntaba a no poder reconocernos en nuestro entorno, condición primera para lograr una colonización mental.

Entiendo que habrá más de alguno que lea esto y sólo le parezca un ataque gratuito al chocolate de sus amores, inga problem, coma lo que quiera y sienta lo que quiera, pero no pida autoritariamente -como nos han enseñado en la escuela chilena- que seamos homogéneamente colonizados y que tengamos una actitud positiva frente a la vida (léase con tono Pinochetesco: quédese calladito o le mandamos a los pacos o  al inconsciente autoritario colectivo que se encuentra escondido en todos nosotros). Después de esta modesta  introducción, me permitiré alegrarme, con la  mentalidad callejera adquirida en la dictadura debido al maremoto social que ésta provoco y que  mandó a muchas familias de clase media a turistear durante largos años en la pobreza y el desamparo (en la que la mayoría de los Chilenos ya moraban) de haber asistido a la conferencia del  historiador Gabriel Salazar en la Universidad de Estocolmo. Aplicaré la libertad que uno se toma solito, de asociar el ejemplo del chocolatito con los planteamientos acerca de la construcción de cultura desde abajo, desde la calle, y desde el diario vivir solucionando problemas puntuales y reales (no preocuparse de ardillas fantasmas). La historia social que Salazar postula, es tremendamente liberadora porque se preocupa de lo local, del entorno en el que desarrollamos nuestras vidas estudiando a fondo los movimientos sociales.

Los movimientos sociales que nos presenta Salazar, son creativos y originales, no buscan empaparse de las teorías del hemisferio norte, no son reflejos de realidades lejanas (ardillas), sino de la búsqueda de soluciones a problemas locales y puntuales; se insta a la acción, no a la explicación; se construye una verdad “nuestra”, ni siquiera se escribe, sino se internaliza oralmente, porque la procesión ahora  va por dentro; liberan, porque se dan cuenta que no se puede seguir esperando soluciones desde arriba. Escúchelo, léalo si puede o véalo en el youtube; le servirá para enfrentar con una sonrisa a los enajenados que exigen a las posiciones críticas al sistema (neo-liberal) que respeten el rayado de la cancha que el sistema impone; critique pero como corresponda, con respeto por la autoridad, al orden, las buenas costumbres y la cacha de la espada, por la razón o la fuerza (que más que lema parece una amenaza).

Los movimientos sociales nos enseñan a construir nuestra utopía ¡ya! No mañana, ni en otra vida, es ahora cuando hay que auto- educarse, auto- gestionarse, localmente (ojo para nosotros localmente es Suecia). Me despido con un grito que no se me olvidara jamás. Siempre me gustó más que otros por su lenguaje crudo, directo, callejero, ¡LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA ME LA PASO POR LA RAJAAAA!!!



¿LA MALA EDUCACION EN GUATEMALA?
Por: Jaime de León
Durante décadas la educación en Guatemala ha sufrido diferentes impedimentos para que se pueda otorgar una educación competente, gratuita, equitativa, no machista, laica, no militarizada y constructiva.
La historia nos muestra cómo algunos eventos vinieron a mutilar la evolución de la sociedad maya. Los Españoles durante el tiempo de la Invasión en el año 1524,  sometieron a los indígenas a su conveniencia, en donde se les veía como un objeto más de pertenencia sin que estos gozaran de educación; la iglesia católica por medio de las ENCOMIENDAS adoctrinaba a los indígenas, castigándolos de forma severa si pretendían profesar otra religión o de hablar otro idioma que no fuera el propio Español. 
El tiempo de finalización de la colonia y proceso de Independencia de España se produce en el año 1821; de ahí en adelante los hijos de españoles (Criollos o mestizos) dejan de rendir tributo a los reyes españoles buscando su propia identidad, cultura, educación, etc.  Durante este período las mujeres y los indígenas mayas siguen siendo relegados en la educación, siendo favorecidos los hombres hijos de familias pudientes o pertenecientes a la oligarquía guatemalteca.
Vamos en la historia mas allá y llegamos al tiempo del Conflicto Armado interno de Guatemala, periodo que duró 36 años en Guatemala, y cuyo objetivo militar era el de destruir y no dejar rastro de comunidades indígenas, líderes religiosos y sobre todo líderes estudiantiles universitarios. 
Han transcurrido 488 años desde la Invasión Española y la población indígena, sobre todo las mujeres jóvenes, son las más discriminadas y excluidas en el proceso educativo.  Es necesario referir algunas estadísticas: probablemente Guatemala tenga una población aproximada de 12 millones de habitantes, el Gobierno no tiene una estadística de cuantos habitantes existen en el país.  El sector joven representa el rango más amplio, con un 65 por ciento de la población total, comprendidos entre las edades de 0 a 30 años.  Manifestándose en este sector la extrema pobreza, para algunas instituciones como PNUD, vivir en extrema pobreza es tener menos de un dólar al día, así se calcula que 5 millones de habitantes jóvenes en Guatemala viven en extrema pobreza. Sin acceso a la educación básica formal, un 48.6 por ciento de esta población pertenece a alguna de las culturas indígenas del país.  La educación en muchos lugares  es Monolingüe por lo que se veda el derecho a la educación en el idioma materno.
Solo el 19.1 por ciento de la población recibe educación básica (9 años de educación). Existen pocas instituciones que brindan becas educativas y casi siempre se concentran en la ciudad capital de Guatemala.  Las condiciones económicas del país implican desde niños a pertenecer a la población económicamente activa, teniendo que dejar los estudios por el trabajo.
Los programas educativos públicos son repetitivos, donde fomentan el individualismo y no el trabajo en equipo, así como una desmedida competitividad entre los educandos.  Los profesores ganan aproximadamente $120 al mes con jornada de 5 horas, atendiendo como mínimo 60 alumnos.  Algunos profesores tienen responsabilidad multigrado, lo cual significa que deben preocuparse por atender dos, tres o más grados escolares llegando a tener en una sola aula a mas de 150 niños de distintos niveles escolares, obteniendo el mismo sueldo.  Estos maestros no cuentan con libros de texto, mobiliario adecuado, material didáctico, infraestructura, ni nada por el estilo.
Si las mujeres son promotoras del desarrollo en los países, en Guatemala las mujeres jóvenes en proporción,  5 de cada mil logran el primer año de escolaridad primaria, donde se aprende a leer y a escribir. 1 de cada 10,000 habitantes puede asistir a la universidad pública, y solo el 0.10% alcanza un título Universitario.  El 0.05% son mujeres graduadas de la Universidad.  Guatemala alcanza un 52% de analfabetismo, sin embargo, por indicadores de instituciones internacionales, oficialmente el gobierno manifiesta que solo existe un 32%. No obstante, las personas que han tenido un proceso de alfabetización de un año, al no utilizar la escritura y la lectura vuelven al rango de analfabetos.  La mayoría de niños y jóvenes en áreas rurales del país no tienen acceso a computadores ni al internet, contemplándose esto como un retraso tecnológico del país.
Actualmente, el gobierno ha disminuido la cantidad del presupuesto para la asignación educativa y aumentado la cantidad presupuestaria asignada al Ejército. Se invierte menos de 4 dólares estadounidenses por estudiante de primaria durante todo el ciclo escolar. La política educativa va dirigida a hacer desaparecer la educación pública gratuita, y a asignarle a los empresarios de la educación esta tarea, pronosticando una alta tasa de deserción escolar por no poder cubrir los costos de la formación.
Supone entonces para el país un gran reto, una política educativa que no sea cambiada a cada cuatro años con el ir y venir de cada uno de los gobiernos en turno. Procurar una educación abierta, participativa, incluyente, laica y gratuita supone entonces un gran reto para la población guatemalteca y así cambiar la mala educación que hasta el momento hemos heredado.